Como dice la canción “20 años no es nada”, y puede que 30 tampoco, pero esos son los que han pasado desde que la Asociación Rural de Andalucía (ARA) comenzó su andadura, allá por 1993, con un objetivo claro, apoyar a los Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía y promover un modelo de desarrollo rural integral y sostenible. A lo largo de estos años ARA, las entidades que la componen, los Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía, han ido creciendo y evolucionando, conformando hoy en día es la red regional más longeva de España y la más extensa de Europa.

Al echar la vista atrás, nos damos cuenta de que en todo este tiempo, han ocurrido grandes acontecimientos en nuestro entorno (nacimiento de una nueva moneda, una gran crisis económica, incorporación de nuevos miembros a la UE, una pandemia mundial…) y en todos estos años los Grupos de Acción Local han venido realizando su trabajo de manera casi anónima, sin titulares en los medios, pero consiguiendo mantener vivo el mundo rural andaluz.

Sin embargo, a las puertas de comenzar una nueva etapa, se hace necesaria una  reflexión sobre la salud de LEADER. No podemos hacer lo mismo que hace 30 años, porque no vivimos como hace 30 años ni somos las mismas personas que hace 30 años. Mirar al pasado es positivo porque nos permite hacer balance, aplaudir los éxitos y evaluar errores, pero todo ello nos debe servir para afrontar el futuro con mejores herramientas y mayor resiliencia.

La metodología Leader ha ido extendiéndose a lo largo del mundo rural europeo, evolucionando hacia lo que hoy conocemos como desarrollo local participativo. Y en este contexto, ciertas preguntas me vienen a la cabeza: ¿realmente esta forma de trabajar, está interiorizada en la mayoría de la población? ¿existiría el desarrollo local participativo, sin estructuras que lo promoviesen? ¿podría sobrevivir el desarrollo local participativo sin los Grupos de Desarrollo Rural? Creo que la respuesta es no.

Los Grupos de Desarrollo Rural no son estructuras fijas y jerárquicas, sino que conforman un sistema, reflejo de las áreas en las que trabajan, que interactúa con las redes que lo componen, y que van adaptándose a los cambios y las realidades sociales. Y para seguir funcionando necesitamos superar los retos que nos marca la realidad actual.

Se pide al mundo rural un esfuerzo mayor, con menos recursos que las áreas urbanas

Y ¿cuáles son esos retos que ambos, ARA y los Grupos de Desarrollo Rural nos encontramos? Algunos de ellos son el fortalecimiento de la dinamización social, procurar una mayor participación activa de la población, ampliar la investigación científica sobre este enfoque, revertir el papel de “una ventanilla más” con el que se nos está identificando en los últimos años, formar a los actores rurales en gobernanza, y por último y muy importante y comunicar de manera sencilla en qué consiste. Si conseguimos “cambiar” el lenguaje, para que sea comprendido por la mayoría, conseguiremos un mayor empoderamiento de la población y una democracia participativa real. Al fin y al cabo ¿no es eso LEADER?

Para poder hacerlo,  es imprescindible mayor interacción y  equilibrio con el sistema mayor en el que nos encontramos. Ni los Grupos de desarrollo Rural ni su Red de apoyo, por sí solos podremos conseguirlo. Se hace necesario un trabajo en red entre todas las instituciones y organismos implicados en el desarrollo rural.  Solamente enumerando los principios en los que se asienta esta metodología comprendemos por qué: enfoque ascendente; estrategias territoriales de desarrollo; colaboración público privada; actuaciones integradas y multisectoriales; innovación;  cooperación;  conexión en redes. Además LEADER en Andalucía tiene en su “ADN” la perspectiva de género, la incorporación de la juventud a los procesos de desarrollo rural, actuaciones para el freno y/o adaptación al cambio climático, entre otros.

¿Es posible trabajar con éxito en estos principios y objetivos, cuando las reglas y normas son las mismas que para el resto de programas con enfoque tradicional descendente? ¿estamos trabajando a contracorriente? ¿se pide al mundo rural un esfuerzo mayor, con menos recursos que a las áreas urbanas?

Me temo que el futuro más inmediato no va a resolver todos los problemas actuales, pero sí tenemos la oportunidad de poder mejorar y reforzar nuestro papel en la sociedad rural.

Artículo de colaboración publicado en la Memoria 30º Años de ARA

Fotografía de portada: Raúl García Morales