Ante el 30º aniversario de ARA, que coincide con el fin del período de programación 2014-2022 e inicio del nuevo programa LEADER 2023-2027, la Coordinadora Andaluza de Organizaciones de Mujeres Rurales (COAMUR) da a conocer las ideas y opiniones de las mujeres y sus organizaciones sobre el papel que LEADER y los Grupos de Desarrollo Rural deben desempeñar en los próximos años. Y, sobre todo, cuáles son los principales retos en ese camino que hay que recorrer para establecer una hoja de ruta que nos apoye a seguir avanzando en acciones encaminadas a desarrollar estrategias, enfoques colaborativos y participativos que fomenten la igualdad de oportunidades para todas las mujeres rurales. El objetivo es que puedan beneficiarse plenamente de la innovación digital con igualdad de acceso a las tecnologías emergentes, la inteligencia artificial, la alfabetización digital generalizada y oportunidades para adquirir habilidades más avanzadas y co-creadoras de progreso tecnológico, ecológico y social.

Apoyo de los Grupos de Desarrollo Rural al movimiento asociativo

En cuanto al papel LEADER, este debe mejorar la comprensión de los desafíos actuales a los que se enfrentan las mujeres en las zonas rurales de Andalucía y conectarlas con los desafíos de las mujeres de la Unión Europea. Para conseguir este objetivo,  los Grupos de Desarrollo Rural deben apoyar  en los próximos años  a las mujeres y al movimiento asociativo en sus principales retos para generar experiencias de desarrollo para ellas  pues todavía siguen enfrentándose a mayores dificultades, en comparación con los hombres, en lo que respecta a: conciliación, acceso a la tierra, préstamos y mercado laboral incluido el negocio agrícola, acceso a las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, el trasporte, los medios de comunicación, acceso a la participación
en los órganos directivos del sector agroalimentario, participación en las generación de políticas desde los órganos de decisión  de los Grupos de Desarrollo por la poca presencia de mujeres en sus directivas y por el poco apoyo y accesibilidad a los recursos de los fondos LEADER.
La brecha de género existente se revela de muchas otras formas. En su Comunicación sobre la visión a largo plazo de la UE para las zonas rurales, la Comisión Europea señala que las mujeres están más expuestas a empleos precarios; es más probable que abandonen las regiones rurales antes que los hombres; y están menos involucrados en los procesos de toma de decisiones dentro del hogar, la comunidad y la sociedad en su conjunto. Además, la falta de servicios básicos como atención médica, cuidado de niños y niñas y educación obliga, a menudo, a las mujeres a dejar el trabajo remunerado para cuidarlos, en función de los roles de género tradicionales, lo que amplifica
las desigualdades de género.

Papel de las Organizaciones de Mujeres
Con respecto al papel de las organizaciones de mujeres, carecen de presencia en los Grupos de Desarrollo, el impacto de sus decisiones en la estrategia de desarrollo tras su participación en la el diseño de actuaciones de esta estrategia es casi nulo. La mayoría de sus propuestas no se realizan ya que en fase de modificación de la estrategia las directivas cambian los documentos eliminando nuestras propuestas de las actuaciones a realizar en los territorios. Por lo que los Grupos de Desarrollo Rural
siguen sin tener planes de igualdad mayoritariamente y sin tener personal técnico de igualdad para hacer posible el ODS 5.
Además, el acceso a los recursos para la participación de las organizaciones de mujeres, la conexión con las redes de mujeres y el desarrollo de proyectos innovadores desde el tejido asociativo de organizaciones de mujeres siguen sin tener acceso a los fondos de los Grupos de Desarrollo Rural, siguen sin poder tener acceso a fondos estructurales del desarrollo rural para su funcionamiento, su desarrollo y sus alianzas estratégicas ya que cada vez se nos ponen más pegas para poder canalizar los gastos de funcionamiento, la compra de material tecnológico y gastos de dietas, alojamiento y transporte para la asistencia a procesos participativos como este.

Equidad en las cooperativas agroalimentarias

Como mujeres cooperativistas y agricultoras conocemos que en la declaración de la Alianza Cooperativa Internacional para el Día Internacional de la Mujer de 2018, la presidenta del Comité Mundial de Equidad de Género de la Alianza Cooperativa Internacional mostraba la situación del cooperativismo rural y la igualdad de género y señalaba que el activismo en favor de los derechos de las mujeres y de la equidad de género es parte de la historia del movimiento cooperativo. Destacó el indudable papel que muchas mujeres de cooperativas rurales juegan en la generación de
mejores condiciones para ellas y sus familias en el campo, a la vez que aportan progreso al cooperativismo. Sin embargo, no se puede olvidar la existencia de muchas mujeres invisibles en las áreas rurales, vinculadas a las explotaciones agrarias y ganaderas sin poseer una relación jurídica o administrativa con las mismas, y para las que su trabajo en las explotaciones agrarias es considerado ayuda familiar. Esta situación es la que nos lleva a nuestra organización a trabajar para poner foco en los puntos a mejorar para una equidad de género en todos los ámbitos de la sociedad, incluidas nuestras cooperativas agroalimentarias. Para ello necesitamos que los GDR jueguen un papel importante y tengan recursos para generar proyectos apoyarnos a hacer frente a estas necesidades. 

 Sabemos que La UE se compromete a mejorar la situación, en particular a través del Plan de Acción Rural de la UE, apoyando la aceptación del espíritu empresarial femenino, la participación de las mujeres en la toma de decisiones y la prestación de servicios adecuados en las zonas rurales
para garantizar un equilibrio saludable entre la vida laboral y familiar.

La PAC, dentro de su Objetivo Específico 8, promoverá el empleo, el crecimiento, la igualdad de género, incluida la participación de las mujeres en la agricultura, la inclusión social y el desarrollo local en las zonas rurales. Sin embargo, la PAC por sí sola no puede tener éxito: se necesita un trabajo conjunto con otras políticas y herramientas de financiación nacionales y de la UE, y sobre todo con el Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y el Programa InvestEU.  Para llevar la voz de las mujeres y generar acciones en todos estos espacios los GDR y ARA deben apoyarnos generado para las mujeres espacios de posicionamiento estratégico.

 Decir también que es muy importante que los GDR sigan trabajando para:

• Promover la visibilización de las mujeres rurales, su problemática y su voz en  congresos  y  medios de comunicación para poner en el centro de reflexión las necesidades de conexión, comunicación, creación de redes y acceso a los recursos para el desarrollo de las mujeres rurales.
  Mostrar el papel de las mujeres rurales como lideresas sociales, políticos y económicos en el desarrollo rural y en la participación de la generación de políticas de desarrollo rural.
  
• Promover intercambios de ideas, visualizar las experiencias  de las entidades asociativas de mujeres así como colaborar en crear redes en la generación de un  congreso de las mujeres rurales con las Administraciones Públicas de Andalucía, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, Universidades y empresas que contribuyan con sus recursos a proyectos de cooperación al desarrollo en Andalucía en temas de igualdad.

• Colaborando  en la elaboración de estrategias orientadas al desarrollo regional en sus aspectos territoriales y sectoriales.
  Propiciar el espíritu de reflexión, el debate y la crítica constructiva en relación a planteamientos científicos y políticos en el ámbito de lo social donde se hable y se reflexione:
  

Para todo esto y mucho más necesitamos ese papel importante de los Grupos de Desarrollo Rural que hagan de agentes dinamizadores de procesos.

Fuente: COAMUR . Artículo publicado en la Memoria 30º Aniversario ARA