Originario de Campillos, Francisco Morillo, es gerente del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Guadalteba, entidad que abarca a los municipios de Almargen, Ardales, Campillos, Cañete La Real, Carratraca, Cuevas del Becerro, Sierra de Yeguas y Teba. El avance socioeconómico en los últimos de estas localidades ha sido en parte gracias a la gestión de fondos públicos para el desarrollo local financiados por la Unión Europea, gracias a una Estrategia Leader que ahora se está trabajando en el diseño de la nueva para el periodo 2023 -.2027.

¿Los resultados en las mesas de trabajo para la nueva Estrategia Leader han sido los esperados?

Estamos satisfechos por el proceso participativo que se ha hecho. Hemos contado con una participación importante de la población, tanto en las encuestas que se hicieron ‘online’ como en la participación que se hicieron en las mesas territoriales. Y seguimos trabajando para ver si antes del 25 de julio podemos presentar la nueva estrategia y podemos contar con un nuevo programa de desarrollo para la comarca.

¿Cuáles son algunas debilidades y amenazas que tienen los pueblos del territorio de Guadalteba?

Salió el tema de la intercomunicación entre algunos municipios, aunque no fue un problema que la gente lo diera como principal. Los asistentes mostraron preocupación por otros asuntos. Sí había preocupación por el medioambiente y por el agua; pero, claro, ahí la capacidad de maniobra que nosotros tenemos no es mucha. Las necesidades más importantes de la comarca, o por lo menos, lo que ha manifestado la población, es el tema del empleo y esencialmente enfocado al tema de la juventud y las mujeres.

En cuanto a medioambiente, ¿podrías comentar qué problemáticas en concreto?

Fundamentalmente el tema de los residuos ganaderos industriales, aunque en nuestra comarca son los agrícolas: el tema del abono, los purines y el nitrato. En cuanto a los abonos de las tierras y demás no es un tema nuevo evidentemente, porque si conoces la comarca sabes que somos los principales productores de cerdos de capa blanca y, claro, el purín siempre ha sido un problema para nuestra comarca. Se han buscado soluciones como por ejemplo utilizarlo [de forma regenerada] como agua para riego, pero son alternativas que a día de hoy son muy costosas y los ganaderos no pueden asumirlas directamente. Ahí sí que se tiene que trabajar un poco, tanto en investigación como en colaboración con otras administraciones, para poder darle una respuesta adecuada a este problema.

Con respecto al empleo en los jóvenes y las mujeres, ¿qué nos puedes contar?

Ten en cuenta que como trasfondo está el problema de la despoblación y la participación ciudadana. Se apoya la idea de que la mejor solución sea que nuestros jóvenes se queden aquí para que podamos seguir creando y con ello permitir que los pueblos vayan creciendo. Se hacía mucho hincapié tanto en la diversificación económica de la comarca y fundamentalmente en el tema de la innovación. Se veía como posible solución la creación de empresas o las que ya existen que realizarán nuevos procesos que estén encaminados hacia esa innovación.

¿La falta de profesionalización es uno de los problemas tratados?

Sí. Se habló de que no había una adecuación entre la oferta y la demanda de empleo. Una de las necesidades que se puso de manifiesto era la potencialidad del trabajo en conjunto entre las empresas, los ayuntamientos y los centros formativos, ya no solo de la comarca sino con el tema de universidad también. El objetivo era que se tratara de cumplir las demandas de trabajo que necesite el empresario: si el empresario necesita un determinado tipo de trabajador, pues que se forme en ese tipo de demanda que la empresa solicita.

¿La vivienda preocupa en los territorios rurales?

No es algo que preocupe en exceso. Ten en cuenta que somos una comarca muy amplia que abarcamos desde Cuevas del Becerro hasta Carratraca. La condición de Ardales permite que sea el municipio que más turismo recibe por la cercanía con el Caminito del Rey; es decir, que no tiene la misma situación que Cuevas [del Becerro], Sierra de Yeguas o Almargen. En estos pueblos, incluso en Campillos, el problema de la vivienda no es un obstáculo como tal. Sí es un problema, pero no especial. 

Sin embargo, en Ardales el tema del turismo ya sí está haciendo que muchas de las casas se estén dedicando a viviendas turísticas y se saquen del mercado como una vivienda para una familia. Entonces ahí sí empieza a haber un problema en cuanto a la vivienda, pero ya te digo que en municipios puntuales, ya sea como en Teba, debido a su situación geográfica o por sus propias características, no suele ser una gran problemática.

¿La saturación de las grandes ciudades puede dar pie a que la ciudadanía se incline hacia la opción de vivir en el interior?

Sí, eso es así. De hecho, ya se ven algunos casos de gente que prefiere pasarse al interior porque los precios son más bajos. Se vive de otra manera y un sueldo en la ciudad a lo mejor no te permite mantener un piso en ésta, pero sí te permite alguna opción a 60 kilómetros más alejada de la capital.

El tema de los neorrurales, que trabajan en la ciudad, pero luego viven en el interior también se está produciendo en la comarca. Pero para eso es fundamental que las comunicaciones sean fluidas: que no haya tanto tiempo entre Almargen y Málaga, por ejemplo.

¿La digitalización sigue siendo un obstáculo para las personas de más edad?

Sí, lo sigue siendo. Aquí se habló de trabajar conjuntamente las distintas administraciones. Es decir, todos los municipios cuentan con centros Guadalinfo y hay entidades como nosotros o Andalucía Orienta o los propios CADE [Centros Andaluces de Emprendimiento] que podemos tener financiación para apoyar estos cursos de digitalización. Sin embargo, lo hemos hecho en contadas ocasiones. 

Nosotros hemos trabajado en Guadalinfo para temas de empleo; concretamente cuando se hacía allí en el campus, en las [antiguas] instalaciones de Guadalteba, ya que actualmente nuestra sede se ubica en el Centro Cultural de la Villa de Ardales. Pero exclusivamente para las personas de mayor edad no hemos hecho nada y este aspecto se tiene que trabajar en profundidad.

¿Cree que los grupos de desarrollo son los grandes desconocidos en sus comarcas?

Cuando empezamos con los grupos de desarrollo teníamos una parte importante de dinamización. Es decir, además de la parte económica de dar subvenciones para las empresas que se quieran instalar o los que quieran ampliar su negocio en la comarca, teníamos una parte importante que era la de dinamización social, porque no se había hecho nada a nivel comercial hasta entonces en el año 98.

Se hacían muchas actividades que estaban dirigidas exclusivamente a la población. Contábamos con financiación para ello y ahí sí empezamos con el objetivo de que la gente nos conociera, pero luego con el tema de la crisis financiera esa parte fue recortada. Cada vez nos centrábamos más en el tema económico y menos en el de la dinamización. Eso ha hecho que de cara a la población en general sí que seamos desconocidos, pero no en cuanto a las empresas: nos conocen y saben que estamos aquí. Con estos grupos, el empresario trabaja de tú a tú, nos llama, nos consulta y nosotros a él, y siempre estamos ahí, encima del proyecto por decirlo de alguna manera. Eso no ocurre con otro tipo de ayudas y eso hace que los empresarios sí nos conozcan y sí crean en los grupos de desarrollo.

Fuente: Clave Económica. Una información de María José Palacios Miguel